martes, 15 de marzo de 2016

¿Los Vigilantes y los Nefilim un mito?


¿Quiénes son los Vigilantes o ángeles caídos, y por qué estaba la Iglesia temprana y también el Vaticano moderno tan preocupados por ellos?
Génesis 6:1-4 dice:

"Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la Tierra, y les nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas; y tomaron esposas de entre todas las que eligieron".

   Tradicionalmente los Ben Elohim o "hijos de Dios" eran varios cientos, y ellos descendieron a la Tierra sobre el monte Hermón [entre el Líbano y Siria]. Significativamente, aquél era un lugar sagrado tanto para los cananeos como para los hebreos que invadieron su tierra. En tiempos posteriores, en sus laderas fueron construidos lugares consagrados a los dioses Baal, Zeus, Helios y Pan, y a la diosa Astarté. Estos Ben Elohim o "ángeles caídos" también eran conocidos como los Vigilantes, los Grigori y los Irin. En la mitología judía los Grigori eran originalmente una orden superior de ángeles que moraban en el más alto cielo con Dios y parecían seres humanos en su aspecto [G. A. Davidson, Dictionary of Angels, 1971, p. 127].
 
   El título "Vigilante" simplemente significa "el que vigila", "aquellos que cuidan", "aquellos que están despiertos" o "aquellos que no duermen". Estos títulos reflejan la relación única entre los Vigilantes y la raza humana desde antiguos tiempos. En la tradición esotérica luciferina ellos eran una especial orden de élite de seres angelicales creados por Dios para ser pastores terrenales de los primeros humanos primitivos. Su tarea era observar y vigilar a la emergente especie humana e informar acerca de su progreso. Sin embargo, ellos se vieron limitados por la principal directriz divina de no interferir en la evolución humana. Lamentablemente ellos decidieron ignorar la orden de Dios y desafiar sus órdenes, y convertirse en maestros de la raza humana, con desafortunadas repercusiones tanto para ellos como para la Humanidad.
   La mayor parte de la información que tenemos sobre los Vigilantes y sus actividades proviene del apócrifo Libro de Enoc. En la Biblia ortodoxa el profeta Enoc (del hebreo "hanoj" = instructor) es una figura misteriosa. En Génesis 4:16-23 él es descrito como hijo de Caín, el labrador, y la primera ciudad construida por su padre es bautizada en honor de Enoc. Posteriormente en Génesis 5:18-19, y varias generaciones más tarde, Enoc es llamado hijo de Jared, y es durante su vida que los Vigilantes llegan o encarnan en cuerpos humanos.
   En el apócrifo Libro de los Jubileos, según se afirma dictado por "un ángel del Señor" a Moisés en el monte Sinaí cuando él también recibió los Diez Mandamientos, se dice que Enoc fue "el primero entre los hombres que nacen en la Tierra que aprendió la escritura, el conocimiento y la sabiduría". También dice que Enoc puso por escrito "los signos del Cielo" (los signos zodiacales) según sus meses en un libro. Esto fue para que los seres humanos pudieran conocer las estaciones de los años en relación al orden de los meses y sus respectivas influencias estelares y planetarias. La indicación es que Enoc recibió esta información de fuentes extraterrestres angelicales, es decir, de los Vigilantes, y por lo tanto él era un ejemplo cultural.
    Doscientos de los "ángeles caídos" descendieron desde el reino celestial sobre la cumbre del monte Hermón, y ellos quedaron tan impresionados con la belleza de las mujeres humanas que, usando sus nuevos cuerpos materiales, tuvieron sexo con ellas. Esto posteriormente provocó la ira de Yahvé y, según la Biblia, la consecuencia de este mestizaje entre los Caídos y los mortales condujo a la creación de una descendencia semi angélica y semi humana (Génesis 6:4).
    Estos hijos fueron llamados los Nefelim o Nephilim, y ellos fueron la raza gigantesca que alguna vez habitó la Antigua Tierra. Los ángeles caídos enseñaron a sus mujeres e hijos una variedad de nuevas habilidades tecnológicas, conocimiento mágico y sabiduría oculta. Esto sugiere que las capacidades psíquicas y los poderes mágicos fueron originalmente una herencia antigua del reino angelical dado a los primeros humanos.
    En el Libro de Enoc se dice que el líder de los ángeles caídos se llamaba Azazel, y él a menudo es identificado con Lucifer (el Portador de la Luz) o Lumiel ("la luz de Dios"). Él enseñó a los hombres a forjar espadas y a hacer escudos y armaduras. Azazel también les enseñó la metalurgia y cómo sacar metales de la tierra y a usar metales diferentes. A las mujeres él les enseñó el arte de hacer pulseras, ornamentos, anillos y collares de metales y piedras preciosos.  Él también les mostró cómo "embellecer sus párpados" con kohl y el uso de trucos cosméticos para atraer y seducir al sexo opuesto. De estas prácticas Enoc dice que provino mucha "impiedad", y que hombres y mujeres cometieron fornicación, se extraviaron y corrompieron sus caminos.
   Ésta fue la base para que la Iglesia temprana condenara a los ángeles caídos por enseñar a las mujeres a hacer collares de piezas de oro y pulseras para sus brazos. Pablo dijo que las mujeres deberían cubrir su cabeza en la sinagoga (1ª Corintios 11:5-6). Esto era porque se suponía que los ángeles caídos eran atraídos hacia las mujeres humanas con cabello largo y suelto. La costumbre de las mujeres de cubrir su pelo en las iglesias todavía se encuentra en el catolicismo romano y también en las costumbres del Islam.
Fuente:
G. A. Davidson, Dictionary of Angels, 1971, p. 127.
 
 

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